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Recorte 5: Baile de máscaras.

Llevaba tiempo sin dejar nada por aquí, pero la ocasión lo merece. He escrito muchas cosas en todo este tiempo, cosas que no puedo compartir aún con vosotros. Sin embargo quiero compartir esta, quiero que perdure en algún lugar más allá de mi disco duro. Espero que os guste y recordad que los comentarios son bienvenidos. ^^


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[Palpó encima de la cama y encontró su máscara. La cogió y admiró su belleza con el tacto. Con suavidad pasó los dedos por la cinta hasta llegar a los extremos y se dispuso a ponerla en su rostro. La pegó a su cara y con movimientos rápidos hizo tres nudos a la altura de su nuca. Sonrió, aquella máscara le dotaba de un poder que normalmente no tenía.

Pese a ser ciego sabía después de tantos años automáticamente donde estaba el pomo de la puerta. Bajó los dos peldaños que separaban su hogar del agua y saludó al barquero. El barquero le ayudó a sentarse no porque se percatara de su ceguera, sino por ensuciar lo mínimo posible la sofisticada ropa que su acompañante portaba.

Durante el trayecto el barquero comenzó a hablar del tiempo, de los chismorreos del barrio, de las mujeres que maduraban. Su cliente le seguía el juego distraídamente. Él estaba interesado en la brisa nocturna, en el sonido del remo al entrar en el agua, en el suave murmullo de la música lejana a la que se aproximaban. Soñaba con todo lo que podría pasar esa noche, al igual que soñaba como quería que fuesen todos los días de su vida.

Al llegar al destino el cliente le dio las gracias por todo al barquero mientras de su bolsa extraía el pago por el viaje y alguna moneda extra. Pisó el borde de la barca y sonriendo dio un salto hasta el primer escalón. Tras subirlos se adentró en un callejón persiguiendo el ruido de la música. Callejeó durante unos minutos hasta que llegó a su destino.

La plaza estaba completamente iluminada. Notaba el calor de la luz de las lámparas en la piel de sus manos. La música era una delicia que se desmenuzaba en su oído. Sentía el sonido de los pliegues de los vestidos de las personas al bailar, los quejidos de alguna que otra al ser pisada por su acompañantes, las risas, labios despegarse… sentía la vida.

Se acercó a un extremo de la pista de baile y tiró un poco de su chaleco en señal de estar preparado. Esperó pacientemente a que terminase de sonar la música con la cabeza hacia arriba, empapándose de todo lo que le rodeaba. Cuando paró se adentró en la pista, donde extendió la mano a una señorita.

La señorita le cogió la mano y la música comenzó. La pareja empezó a danzar con una perfecta gracilidad, como dos personas que ya han danzado juntos durante muchos bailes. Notaba en su nuca las miradas de chicos que esperaban en el siguiente baile quitarle a su pareja y de chicas que anhelaban bailar con él.

Cuando la música volvió a parar se despidió con una reverencia y una sonrisa de la chica y le agradeció esos minutos tan estupendos. Comenzó a bailar con otra muchacha y después con otra más. Durante toda la noche bailó con todo el mundo. Sonriendo y quemando la energía de la que el ambiente le empapaba.

Cuando llegó a estar exhausto se aproximó una chica a bailar con él. Tocó su mano y vio que era muy suave y cálida. Al pasar su mano por su cintura no pudo evitar sonreír, se sintió seguro, más seguro de lo que se había sentido nunca. La música volvió a sonar pero esta vez la notó distinta. Era un sonido más embriagador que de costumbre, sentía la música aún más bella. Al bailar también lo notó, y al final se dio cuenta. Todo era más bello. La música, el ambiente, la brisa, las quejas de algunas personas al ser pisadas por sus acompañantes, las máscaras que llevaban. Su compañera de baile era un auténtico amplificador de belleza, todo era perfecto. Cerró los ojos con los que nunca pudo ver y continuaron bailando. Notó como a través de las caricias, de los susurros y de los movimientos al compás de la música creaban un campo electromagnético que hacía girar todo alrededor como si fuesen electrones. Era un momento importante para él, un instante que sabía que sólo duraría un poco más.

“Sólo duraría un poco más” al pensarlo un escalofrío le erizó completamente la espalda. El estómago se encogió, la sonrisa de borró de su cara, volvió el cansancio, sus pasos se hicieron más lentos. No podía dejar de pensarlo, moría un momento importante, un momento que le gustaría disfrutar de por vida ahora que lo había conocido. Comenzó a notar la música distorsionada, a sudar frío, notaba como se vidriaban esos ojos con los que nunca pudo ver…

Y la música dejó de sonar. Paró al mismo tiempo que notaba que se le rasgaba un poco de alma y se iba para siempre. Se despidió besando su mano mientras recordaba ese instante, ese momento en el que pareció que estaba completo, que verdaderamente había alcanzado esa felicidad absoluta que los filósofos buscan durante toda su vida.

Salió cabizbajo de la pista de baile en dirección a alguno de los callejones colindantes. Pagó al primer barquero que vio para que le volviese a llevar a casa. No dijo nada durante todo el viaje. Cuando al fin llegó a su domicilio cerró la puerta y se derrumbó en la cama. Lloró tanto como pudo. Lloró como si hubiese perdido a toda su familia, como si hubiese perdido todo sus bienes. Se sentía desafortunado por encontrar la verdadera riqueza en algo que resultaría tan efímero. Estuvo varios días tumbado en la cama. Mientras lloraba se hacía la promesa de volver a buscarla, de intentar recuperar ese momento. La cara le escocía y recordó que aún no se había quitado la máscara. Desató los dos nudos que le quedaban atados y la cogió. Al tocarla notó que la máscara estaba completamente agrietada.]

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Recorte 4: 9/7/14 Denna

Hoy es 9 de Julio, así que tenía que hacer algo especial. Será breve porque mañana tengo el último examen y esto es totalmente improvisado. Este fin de semana voy a cambiar un poco la página y a actualizarla con algunas novedades, quiero darle un aire nuevo. Dicho esto, allá va el recorte.

 

«Fue a su estantería y cogió una de esas libretas que nadie excepto él leería jamás. Leyó la primera página, en ella, a bolígrafo y con una letra enorme y esperpéntica estaba grabada una fecha que recordaba muy bien.

Nueve de julio del 2007. Pese a que la había leído muchas veces, sólo necesitó volver a leer la fecha para sobrecogerse. Continuó leyendo las más de 30 páginas que tenía la libreta. Las primeras estaban repletas de faltas de ortografía mientras que las últimas contenían una escritura más sólida. A él no le importó, pues todas desprendían el mismo sentimiento. Una vez terminó de leer, cogió su bolígrafo gastado y comenzó a escribir lo siguiente:

<<9/7/2014

Han pasado siete años desde que cambié mi punto de vista sobre el mundo. Es posible que la gente, incluso ella misma, piense que exagero. La gente que crea eso es porque probablemente no haya sentido algo igual. En el fondo me dan lástima. Por mucho dolor que este sentimiento produzca a veces y no sea muy bien recompensado, es un sentimiento muy muy bonito.

Denna ahora vuelve a estar perdida, aunque quizás sea yo el perdido y ella la que se ha encontrado. La última visita acabó de forma desastrosa. La gran parte fue culpa mía. No supe ser yo mismo por miedo a estropearlo todo y precisamente eso fue lo que lo estropeó. Eso demuestra la poca confianza que tengo en mí mismo. Eso y mi estúpida vergüenza hicieron que todo lo que le prometí a distancia no fuese lo que se vio reflejado en persona. Por desgracia mi verdadero yo se refleja mejor en mi bolígrafo que en mis labios y eso hizo que Denna volviese a desaparecer.

Mantengo la fe en que un día reaparezca, pues aunque ella sienta otras cosas, cuando está triste, cabizbaja, traicionada, cuando siente que el mundo está en su contra, cuando pierde la fe en lo que le rodea… cuando pasa todo eso… recuerda que hay una persona que la ha tratado mejor que muchos, recuerda que hay alguien que la espera, recuerda a una persona que le ha hecho sentir cosas que nadie le ha hecho sentir… me recuerda a mí.

La próxima vez pretenderé ser más yo y menos una persona sin alma y hacer valer aquella frase que una vez nos dijeron en un bazar:

-No sé cómo la pudiste conseguir tú.

-Es que tuve mucha suerte…>>

Paró de escribir, hay más cosas que le gustaría decir y más aún cuando alguien escribe para sí mismo, pero decidió guardarlas porque eran imposibles de expresar en una libreta. Se prometió que la próxima vez que él y Denna se encuentren las expresaría. Y entonces, después de tanto tiempo, todos sus miedos se evaporarían. Nada saldría mal porque, después de tanto tiempo, sería él mismo»

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Recorte 3: Viento

Había una vez un chico que llevaba toda su vida viviendo al lado de un sendero. No conocía a sus padres, no tenía a nadie, simplemente de vez en cuando conocía a personas que atravesaban el camino. No era muy frecuente conocer gente ya que, pese a recorrer varios kilómetros hacia todas las direcciones, nunca encontró ningún lugar habitado por otra persona.

Pero como en todas las historias, faltó muy poco para que ocurriese algo que le cambiaría la vida para siempre.

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Recorte 2

Este fragmento lo escribí en el 2009, la verdad es que los personajes son raros, y siquiera se sabe si el protagonista del fragmento es bueno o malo.

La verdad es que desde entonces he desarrollado gran parte de la historia de este personaje, historia que ha cambiado mucho y que no se puede mostrar ahora, ya que formará parte de algo mucho mas grande. Quedan muchos muchos años para que la historia de este personaje salga a la luz.

 

 

Kalec caminó por el pueblo en ruinas que tan prospero había sido solo unos días atrás.
La guerra había acabado, habían ganado, pero les había salido muy caro.
Su padre, el rey Greto, luchaba contra la muerte mientras el observaba a todos los que no la pudieron vencer. Amigos y enemigos juntos compartían ahora mismo un final idéntico, ni cualquier posición social que tubiesen en vida les hacía distintos ahora.

En ese instante Kalec oyó un sollozo, miró alrededor y encontró una mujer de cuclillas con las manos puestas en la cara. Kalec se acercó y descubrió que a sus pies había el cuerpo de un niño y de dos hombres, unos de ellos con avanzada edad.
– ¿Qué haces aquí? Deberías estar en el refugio.- dijo kalec seriamente.
– No nos dio tiempo a escapar majestad, nos alcanzaron – dijo la mujer entre llantos.
– ¿Eso cadáveres eran tu familia?
La mujer asintió.
– No te preocupes, la vida solo es un juego- dijo Kalec poniendo la mano en el hombro de la mujer.
La mujer golpeo la mano que Kalec tenia en su hombro y a voces, con una explosión de rabia dijo:
– ¡Cómo puedes ser tan despreciable! Ves a mi hijo, mi padre y mi marido muertos, en una guerra que no era la suya sino la de tu familia y me dices eso, que «¡La vida es un juego!» ¿Qué es la vida para ti acaso? ¡Ya veremos como te sienta a ti el día que te la quiten!
– El día que me la quiten, interesante, no se como me sentire quizás caiga en la desesperación y en el terror como la mayoria, o quizás la acepte con respeto y dignidad. Como te dije antes la vida es un juego, en la que el alma se apunta para conocer otras almas, como tú conociste la de tu padre, la de tu hijo y la de tu marido, pero, hay un día que el alma pierde la unión con el cuerpo y el alma abandona el mundo que solemos llamar, aunque no lo sea, real. El día en el que te abandona alguien que te importa es muy doloroso, al igual que todos los días que le siguen.
– Entonces mátame, corta mi unión con mi alma- pidió la mujer.
Kalec se acercó a ella, se puso detras suya, sujetó su cintura con una mano mientras con la otra desenvainaba la espada, con la cual segundos después apuntó a su cuello. Kalec acercó su boca a la oreja izquierda de la muchacha y le susurró:
– No soy quien para romper esa unión, espera a que tu alma lo haga, cuando eso pase también tu dejaras destrozados a mucha gente a la que le importas, los tendrás que esperar en el autentico mundo real, pero no temas, 50 o 60 años es solo la hora de la siesta para un alma, cuando seas vieja y llegues te encontrarás allí con tu familia y seréis felices para siempre, lo que un juego unió no se separara en la vida real.
Kalec la separó de él y se clavó su propia espada en un hombro.
-¿Qué haces?- dijo la mujer intentandolo detener.
– Intento sentir el dolor del pueblo, aunque se que esta herida es una minucia comparado con él.
Kalec se alejó de la muchacha para seguir su marcha.
La muchacha se quedó donde estaba, contemplándole, no todos los días se ve a alguien decir cosas tan raras. Pensó que si no fuese el príncipe lo habrían colgado por loco hace mucho tiempo. Ella hizo una interpretación de sus palabras, pero nunca tubo la seguridad de que su interpretación fuese la correcta.

Espero que os halla gustado el recorte, espero vuestros comentarios =D

un saludo^^

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Recorte 1: Inversión.

La actualización de hoy es algo empalagosa, espero que no os suba demasiado el azúcar.

Dicen que las cosas más bonitas que se dicen son las que salen del alma, del corazón. Yo creo que eso no es cierto.

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True@Heaven. Capítulo 1×01: Fin

True@heaven 1x01

Aquí os dejo el primer capítulo de la primera historia que pretendo subir a esta página.  La subiré poco a poco, sin prisas y sin plazos. Espero que eso no haga que dejéis de seguirla.

Esta historia la empecé hace un poco mas de dos años y no pude continuarla. Me deprimí mucho haciéndola y llegó a un punto en el que no sabía como continuarla.  Creando la historia reflexioné demasiado sobre la vida y la muerte y al fina la dejé de lado para no volverme más loco de lo que aún estoy.

Sin más dilación os dejo con el primer capítulo. Es una edición revisada del que subí hace dos años. También he cambiado el título de la historia y el logo (que lo he hecho por cutre paint) Que la disfrutéis.

CAPITULO 1: FIN

Era el 2 de abril de 1995 en Manchester.